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Recordando a Niño Grande

Recordando a Niño Grande

Me hace falta su abrazo, Santiago era tan grande que al abrir sus manos siempre dejaba expuesto su corazón para todos, era ese niño de ternura infinita que a pesar de su partida hace dos años aún recordamos como si fuera ayer, dijeron Diego y Hugo sus amigos inseparables. 
 
Y es que Diego no olvida cuando desde el balcón de su apartamento llamó a Santiago, quien ya se encontraba internado en la Clínica La Nuestra en el último piso. Desde su habitación, empezó con la linterna del celular a mandar señales de auxilio, o quizás  despedirse de uno de sus mejores amigos. 

Horas después fue trasladado a la unidad de Cuidados Intensivos, donde no se cansó de luchar, en su mente estaba Thiago, su hijo, ese que solo le sacaba sonrisas y le hacía olvidar los tragos amargos de la vida. Al final, el Covid 19 se lo llevó y el sonar de las sirenas aún retumba en los corazones de la familia Promover que tuvo que despedirlo desde la distancia. 

La amistad con Hugo inició cuando Santiago trabajaba en Saludcoop como camillero, luego en esa móvil 14, él como conductor, Molano como auxiliar de enfermería. Y esa relación se expandió con el ingreso de Diego al equipo Promover, por eso eran llamados los Tres Mosqueteros. No perdían el tiempo libre, parecían chicles, discotecas, restaurantes, chuzos tienen miles de anécdotas con estos tres hermanos.

Cuando Santiago decide casarse con Laura, los obligó a ponerse un traje con el que no se sentían cómodos y le decían Santi, están mejor vestidos los meseros que nosotros. Pero los meseros no estaban en ese corazón. 

Santiago ingresó a Promover en el 2014 y desde que piso la empresa marcó la diferencia. Niño Grande era muy sensible, lloraba por todo y su solidaridad con los compañeros lo llevaban a tomar esos problemas como propios. Desde esa chispa llena de amor brindaba ese consuelo y solidaridad que poco a poco se ha ido perdiendo. 

Niño Grande no andaba en una ambulancia último modelo, pero su automotor marcaba la diferencia, relucía, parecía un espejo por fuera y por dentro. Y sus compañeros no entendían ese compromiso con él mismo. Por supuesto, con Promover.

Cuando Promover realizó la campaña lávate las manos, quédate en casa, fue la cara visible, la cara amable de la empresa. Y su gracia en este corto video nos queda en los corazones. Si quiere verlo de nuevo, puede hacerlo en nuestra red de Facebook.
 
Buena "pala", hermano confidente, no nos quedó nada por decirnos, dicen Diego y Hugo, quienes al momento de la entrevista sus ojos se aguaron más de una vez. Recordaron las olimpiadas de fin de año o la integración de mitad de año. Era el alma de la fiesta. 
 
A Hugo Andrés los demás conductores de ambulancia le reprochan el consentir a su amigo, ese que fue su compañero cuando ingresó a la empresa. Luego esa compinchería con Diego. Pocos entendían cómo los unía algo más que la sangre. Quizás esas vidas pasadas. 
 
Santi siempre estará en sus corazones, ahora cuando lo recuerdan con esa alegría del regalo de una amistad sin secretos, piden solo una cosa, un abrazo del gordo, apretados hasta quedar sin aliento, sentir esa voz de Niño Grande que no se cansaba de decirles que los quería con el alma. 
 
En Promover quisimos rendirle un homenaje más a nuestro Santiago, porque su cargo de conductor de ambulancia trascendió en los corazones de sus compañeros. Laura, Nana y Thiago siempre estarán orgullosos de ese hombre que dejó huella en tantos corazones. 





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